Supertex, la vallecaucana que fabrica prendas de ‘alto rendimiento’
Publicado por Revista Dinero
Las últimas tres décadas y media de la empresa confeccionista vallecaucana Supertex han sido como una extensa carrera de atletismo, llena de altibajos –como el contrabando y la revaluación del peso frente al dólar– que han intentado menguar su paso.
Sin embargo, esta compañía tomó la decisión de correr más rápido, ser diferente y dejar muchos metros atrás a sus rivales para avanzar hacia la fabricación de prendas deportivas sofisticadas, conquistar nuevos mercados externos y hacer de la innovación el común denominador de cada uno de sus procesos.
Ahora, durante esta larga carrera, Supertex ha logrado convertirse en uno de los fabricantes de prendas deportivas más reconocidos por las grandes marcas internacionales y en una empresa con vocación exportadora. Prueba de ello es que la compañía produce para Adidas la camiseta que hoy luce la Selección Colombia y que llevó al Mundial de Fútbol de Rusia 2018.
Mavi Millán, gerente de Unidad de Negocio de Supertex, relata desde la fábrica –que emplea a 1.200 personas– que además de Adidas, importantes firmas como New Balance, Patagonia y Zumba confiaron la confección de sus prendas deportivas a las manos colombianas. Las razones hablan por sí solas: altos estándares de calidad, insumos de primera y uso de telas tecnológicas que marcan la diferencia.
“Procuramos que la materia prima sea nacional. Con base en esto, hemos desarrollado una competitiva cadena de suministros con altos estándares de calidad. Buscamos generar precios competitivos”, explica la Gerente, quien detalla que en la planta de Supertex (localizada en Cali, Valle del Cauca) son empleadas sofisticadas técnicas para agilizar procesos como estampación y bordados, entre otros.
Lo que hay detrás de una camiseta de la Selección Colombia
Una camiseta deportiva, en apariencia, podría ser una prenda sin mayores complejidades de fabricación. Sin embargo, cuenta Millán, detrás de todo el proceso está una cadena que empieza por el diseño estricto que el cliente quiere desarrollar y por la aprobación de las telas que van a componer la prenda. Tras este paso, los materiales entran a pruebas técnicas en los laboratorios de Supertex para conocer si son aptos o no para uso deportivo.
Superada esa etapa, agrega la Gerente, viene el prototipado y la aprobación por parte del cliente. Cuando este da luz verde, Supertex compra los materiales y empieza un minucioso proceso de corte.
Una vez terminado, las piezas que compondrán la camiseta se enumeran –con el fin de que cada prenda tenga un tono uniforme– y, después, comienza la fase de confección lo cual, de paso, implica hacer bordados y estampados, entre otros diseños.
Finalmente, según Millán, cada camiseta –o prenda– entra a una rigurosa inspección de calidad que, una vez superada, permite comenzar el proceso de exportación.
Una empresa con vocación exportadora
Aunque Supertex tenía cómo abrirse paso en el mercado local por cuenta de la calidad de sus productos, los directivos de la compañía sabían que debían ir más allá. Se trataba de poner en otras naciones prendas con alto valor agregado, y este reto se lo puso Adidas a la compañía.
“Arrancamos exportando cosas más básicas. Hoy estamos especializados en prendas de fútbol que tienen una gran parte de proceso de embellecimiento (esto quiere decir bordados, sublimados y logos, entre otros)”, afirma Millán. Y como la competencia es cada vez más fuerte, señala, la empresa se ha dedicado a invertir en la sofisticación y en la innovación.
“Exportar es querer hacer las cosas bien y tener un proceso productivo acorde a lo que exigen los clientes. Es generar una cultura donde todo el mundo esté sincronizado en procedimientos”, apunta la gerente, quien está convencida de que la compañía tuvo claro cómo aprovechar los tratados de libre comercio vigentes con los que cuenta Colombia. Entre estos se encuentran, por ejemplo, los de Estados Unidos y Europa.
Y aunque la situación de la industria de textiles y confecciones no ha sido del todo fácil, concluye Millán, señala que los integrantes de la cadena deben estar unidos para ser más competitivos.
“Es claro que la mano de obra es altamente calificada y que los operarios tienen habilidades manuales altas para hacer productos complejos. Son cosas que, por ejemplo, no hacen en Centroamérica. Somos generadores de mucho empleo directo e indirecto”, puntualiza Mavi Millán.
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